GALICIA EN LLAMAS

Galicia arde. Año tras año, verano tras verano. Supuestamente unos gallegos meten chispa a la tierra de los gallegos. Y todavía queda leña que convertir en humo. Galicia se destruye. Su mar se destruye y también su tierra. Cada vez Galicia es menos Galicia. Pronto de Galicia no quedará ni la "G". Galicia atacada, galicia vapuleada, Galicia herida de muerte. Cuando no es el chapapote es la llama, cuando no es negligencia e irresponsabilidad es premeditación y alevosía.

Nunca olvidaré cuando en 2005 pasaba a los pies del mágico Monte Pindo, humeante, negro, arrasado. Todavía alguna llama se mantenía a la orilla de la carretera.

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Ayer veía en televisión las imágenes del río Xallas desplomándose en el mar en Ezaro (La Coruña) desde ese Monte Pindo, sagrada montaña de los celtas. Hermosa visión concesión de la hidroeléctrica que "generosamente" abre el grifo del embalse que en parte alta de la montaña dejó al Xallas impotente de su salto de agua.

Las imágenes eran nocturnas. Ignoro si porque es la hora en la que se le permite al rio seguir su curso, a escondidas, con nocturnidad, o para que no se vea el lamentable espectáculo del monte carbonizado.