PHYLOPHONIA: UN RECORRIDO POR LA MUSICA CORAL RELIGIOSA DEL XX Y DEL XXI

Eran las nueve menos cuarto de ayer domingo cuando en la iglesia de San Pablo sonaba "Ubi Caritas", motete de Maurice Duruflé en las voces del coro "Phylophonia". Tras esta obra, Marcos Castán, director del grupo, se dirigía a los asistentes para agradecer su presencia y presentar el contenido del concierto dedicado a la música religiosa de los siglos XX y XXI.

Castán explicó el por qué de titular este concierto como "4/4" (léase "cuatro por cuatro"). Cuatro por cuatro es un tipo de compás (también conocido como compás de compasillo) y en este caso, "Phylophonia" ha querido jugar con este concepto musical aplicado a la estructura interna de un programa formado por cuatro bloques de cuatro obras cada uno. El primero lo constituirían los cuatro motetes Opus 10 de Duruflé, "Ubi Caritas", "Tota Pulchra est", "Tu es Petrus" y "Tantum Ergo". El segundo bloque vendría compuesto por otros cuatro motetes escritos por Francis Poulenc: "Timor Et Tremor" y "Vinea Mea Electa", de los "4 Motetes pour un temps de Penitence", y "OMagnum Mysterium" y "Quem Vidistis Pastores", de los "4 Motets pour le temps de Nöel". A continuación, cuatro piezas de los españoles Albert Alcaraz, David Azurza, Vila y Falcón Sanabria, tras las cuales un último bloque con los cuatro motetes que Vitautas Miskinis compusiera dedicados a Maurice Duruflé el mismo año de la muerte del francés, y sobre los mismos textos que aquél utilizara y que se escuchaban al principio del concierto.

El programa -que reproducía el que dentro de unos días repetirán en Turín en un encuentro internacional de coros que tendrá lugar en la localidad de Sommariva Bosco- era duro y exigente para los diecisiete cantantes; con complicaciones armónicas evidentes y exigencias expresivas extremas, tesituras expuestas, y obligando a un cuidadoso y laborioso trabajo de empaste. "Phylophonia", con gran naturalidad y sin reflejar en ningun momento tensión alguna, ofrecieron una hora de muy buena música asi como de canto a la misma altura de las obras interpretadas.

A la vista, o más apropiadamente, al oído de lo escuchado, este coro está entre lo más granado del mundo coral aragonés. La calidad de su interpretaciones, el esmero con el que las preparan, tanto desde el punto de vista musical como desde el de la disposición de los cantantes, buscando siempre la mejor proyección del sonido y la óptima espacialización de la música, y la bestial capacidad directorial de su lider y fundador Marcos Castán, reclaman sobre ellos toda la atención.