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Victor Rebullida

NI HACER, NI DEJAR

NI HACER, NI DEJAR

Leo que una parte del Ayuntamiento critica a la otra porque se da mucho dinero a la compañia de danza de Miguel Angel Berna y que ésta no ha devuelto la suficiente cantidad de baile como para amortizar la inversión. No sé si seis meses dan para muchas alegrías en este terreno. Supongo que esto del ballet no es una tragaperras: le inyecto la subvención, tiro de la palanca, y ¡ala! a bailar, máxime si lo que se desea es nueva producción y giras. Ni lo espectáculos se crean de la noche a la mañana, ni la inspiración viene infusa por nadie, ni las giras surgen debajo de las piedras.

Estuvo mal quitarse de encima al ballet clásico. Está mal que la otra parte del Ayuntamiento ahora eche la culpa a la una de haber "alargado la agonía". Resulta que la otra parte ha tenido la misericordia de proceder a dar el tiro de gracia a la anterior compañía para evitar el sufrimiento al que le tenía sometido la parte una. Nunca entenderé el mundo de la política y su discurso.

El mal ya está hecho pero ahora hay otra gente ocupando -que no sustituyendo- el vacío dejado por el anterior ballet. Se podrá criticar, como todas las decisiones, pero eso no da derecho a ponerle la almohada sobre la nariz nada más comenzar ¿Entonces a qué viene ese empeño en zancadillear el nuevo proyecto?

La eterna canción: ni hacer, ni dejar hacer.

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