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Victor Rebullida

LA VUELTA DE VACACIONES

LA VUELTA DE VACACIONES

El comienzo de septiembre viene relacionado con el fin del verano. La Naturaleza tiene sus estaciones y los españoles tenemos las nuestras. Primero de septiembre, vuelta al colegio y fin de los veraneos en un país donde las vacaciones todavía se miden a ritmo de semanas (antes quincenas) en la costa mediterránea.

También yo he vuelto he intento reintegrarme lo más progresivamente posible a la rutina diaria. Igual que el medio lleno o medio vacío del optimista y el pesimista, el período comprendido entre vacación y vacación es un lapso de anormalidad rutinaria más que de normalidad. La normalidad está en las vacaciones y lo que hay entre medio es un accidente que algunos achacan a un desliz femenino con una manzana.

Dos semanas moviéndose de España a Francia, de Francia a Alemania y vuelta por tierra gala. Relajante toma de contacto con la belleza alsaciana al igual que del Rhin más fotografiado, el que discurre entre Bingen y Koblenz. Vienne, cercana a Lyon y regada por el Ródano con sus restos romanos al igual que los impresionantes teatros de Lyon. Recorrido por una Via Domitia que ahora lleva por sus seis carriles a los europeos del norte al calor del sur y a los acalorados europeos del sur a las tibiezas del norte. Lyon, de paseos calmos y sentadas reposadas para absorber sus casas, sus rincones, sus traboules, sus colinas Fourvières y Croix-Rousse, de esta ciudad cruzada por el Ródano y el Saône que viajan en paralelo como resistiéndose este último a entregar sus aguas al gran río. Lyon, un pequeño París. Por cierto, en 2004 lanzaron la iniciativa “60 lions, 60 lieux, 60 artistes” que a los zaragozanos les sonará con tan solo introducir el nombre en un buscador de internet.

Colmar, una de las más bellas localidades de Francia, una postal. Estrasburgo, con su casco viejo rodeado por canales. Obligatoria la visita desde uno de los barquitos que la circundan. Pasar a Alemania y descender al Rhin a través de Bingen es como cruzar el paso que lleva a Sangri La. La visión es inolvidable y nos acompañará a través de un ciento de kilómetros aguas abajo hasta Coblenza y la desembocadura del Mosela, que aquí se llama Mossel, ante el ingente monumento al Kaiser Guillermo.Bingen, en cuyo convento de Rupertsberg escribió sus músicas y sus textos Hildegard, Hildegard von Bingen, Rüdesheim, Assmanhausen, Bacharach, St. Goar, Boppard y otros bellos pueblos que montan guardia a ambas orillas del padre Rhin. El promontorio Loreley y sus historias románticas y no tan románticas cuando hasta la canalización del rio barqueros especializados guiaban entre las rocas a los navegantes y sus barcazas de transporte. También obligado montarse en un barquito de línea o cruzar el Rhin en cualquiera de sus transbordadores para tener perspectiva de la auténtica dimensión del río, al igual que debe ascenderse por cualquiera de las carreteritas que cruzan los viñedos de uva Riesling (caldos inevitables para cualquier amante del vino blanco) y buscar puntos desde donde gozar de las magníficas panorámicas del valle.

De vuelta en Francia, Metz, Dijon, Beaune y su impactante Hôtel-Dieu, Nîmes. Ciudades del norte y ciudades del sur. Diferentes y cada una con su personalidad y su encanto. Ciudades limpias, cuidadas, embellecidas. Plenas de flores en todos los rincones, en todas las ventanas, en todos los balcones. Gente amable y lejana de tópicos y convenciones. Buena educación por doquier. Buenos alimentos, buena cocina. Precios no tan elevados como antaño. En Francia hay diferencias notables segun regiones y si se trata de una capital importante. En Alemania, como en España. Viaje terapéutico, higiénico diría, de tranquilas caminatas por caminos y calles y respirar Europa profunda.

Ahora toca retomar la dinámica habitual y al coche darle un lavado y un merecido descanso. A ver si todos nos ponemos la pilas y unos van dando el placet a proyectos que otros deberemos sacar adelante con las pilas que hemos recargado estos días de asueto estival. Llegará el frío (aunque no lo parezca estos días, siempre llega) y éste propiciará el encierro en el estudio y el desempolve de unas neuronas que están deseando ponerse a velocidad de crucero.

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