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Victor Rebullida

UNA NOCHE (DIVERTIDISIMA) CON GABINO

UNA NOCHE (DIVERTIDISIMA) CON GABINO

Qué bueno es reir, y mejor si es con Gabino.

 

Gabino Diego, un actor que los directores parecen empeñados en encasillar en papeles de “bobo” y “zangolotino” pero que es un actor como la copa de un pino (y sin haberlo pensado, me ha salido un pareado). En el espectáculo de ayer en el Teatro Principal, “Una noche con Gabino”, el actor explota ese tópico en torno a su figura y parece reirse de él mismo pero realmente de lo que se rie es precisamente de esa imagen que le han creado. Partiendo de hechos verídicos, de momentos biográficos, Gabino Diego construye hora y media de narración sólida y coherente, divertida y entrañable, en la que mezcla habilmente la realidad con la ficción siendo dificultoso saber en qué punto se encuentra la línea de separación entre ambas.

En su monólogo se ayuda de diversos personajes que imita asombrosamente y que le dan la réplica. Personajes conocidos como Fernando Fernan Gómez, Jorge Sanz, Santiago Segura o Penélope Cruz y ¿ficticios? como el admirador yonqui o su propia abuela, que es la voz del sentido común.

También canta, y bastante bien, aunque su deseo por cantar, siempre frustrado por una supuesta incapacidad para ello -que a su vez es símbolo de su presunta incapacidad para hacer bien nada- sea el “hilo conductor” (en palabras del actor) de su actuación.

A Gabino se le queda pequeño el escenario porque como dice uno de sus personajes es un “monztruo”.

El teatro tuvo un lleno absoluto de un público entregado a Gabino y a quien despidió con atronadores aplausos.

 

Al comienzo, Gabino Diego dedicó la sesión a Alberto, el recientemente desaparecido padre de Luis Alegre, quien estuvo presente en el Principal. También vimos por alli a Rafael Campos y otras gentes de la creación.

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