MUSICOS ARAGONESES HOMENAJEAN A COMPOSITORES ARRINCONADOS POR LA DICTADURA
Ya fue presentado en concierto el pasado día 4 de diciembre de 2006 (http://victorrebullida.blogia.com/2006/120301-recuperar-una-modernidad-musical.php)
Ahora se difunde la siguiente nota de prensa:
EFE. Madrid
Varios músicos aragoneses rinden homenaje a cuatro compositores españoles "arrinconados durante la dictadura franquista" en "Del 27 al 51: Recuperación de una modernidad", un álbum en el que interpretan "obras desconocidas para el gran público, pero que son de gran calidad". "Del 27 al 51: Recuperación de una modernidad" recoge obras musicales para grupos de cámara de los compositores Julián Bautista, Eduard Toldrá, Xavier Montsalvatge y Evaristo Fernández Blanco y que ahora interpretan la soprano Belén Genicio, el violinista Juan Luis Gallego y la pianista Carmen Esteban, entre otros, todos ellos miembros de las Asociación Aragonesa de Intérpretes de Música.
Componer tras la contienda
Según los creadores del proyecto, algunos de los músicos que ahora se recuerdan "eran afines a la República y tuvieron que exiliarse, además de sufrir que su producción musical fuera rechazada por el régimen franquista". Por ello, con este trabajo pretenden no sólo dar a conocer "un repertorio que no se interpreta todo lo que su gran calidad merece", sino también "honrar una época en la que la dispersión provocada por la Guerra Civil perjudicó de forma notable a la música española, impidiéndole ejercer la influencia que, sin duda, merecía".
Para sacar adelante este proyecto, se ha tenido que llevar a cabo una intensa tarea de búsqueda e investigación, "no exenta de anécdotas y curiosidades tanto culturales como personales", según los artífices del mismo.
Por ejemplo, Julián Bautista era "muy audaz" en sus composiciones, tuvo que exiliarse a Buenos Aires -donde falleció en 1961- después de que "parte de su obra fuera destruida en los bombardeos de Madrid" y fue un hombre "muy comprometido" que formó parte "del "Grupo de Madrid" y "Grupo de los ocho"".
La obra de Fernández Blanco "es muy ecléctica, con reminiscencias jazzísticas sin olvidar el folclore leonés, y con un estilo muy personal de trabajo", quizás motivado por el hecho de que "tuvo que permanecer varios años escondido en una aldea de Pontevedra tras la Guerra Civil". Por último, Eduard Toldrá, considerado como uno de los grandes compositores catalanes del siglo XX, tuvo que dejar de componer "después de la contienda", mientras que Eduard Montsalvatge, a pesar de ser de los autores más conocidos del álbum, "nunca ha sido reconocido en la medida que la calidad de sus composiciones merecía".
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